Autoras en la mansión

Relato con obras

Antuán

2/2/2024

brown and white concrete building
brown and white concrete building

Alejada de Luisiana, al oriente del océano, se levanta una casa que no enmudece los susurros de los espíritus que en ella habitan. En sus numerosas estancias se entrecruzan amores prohibidos y secretos ocultos, mezclados como el agua para el exquisito chocolate que antaño endulzaba las meriendas y los corazones de sus moradoras. Hasta la nada cobra vida. En el gran salón, el recuerdo vívido de Malena se esfuerza por no perder el ritmo de un tango ya muy añejo que sigue llevando su nombre.

          Creía que la inspiración era otro espíritu, y ella lo esperaba inquieta

     Hay días en los que aún se distingue, como brotando de sus paredes, una voz dormida, originada en los sótanos del edificio. Lo hace cada vez con un tono diferente, pero siempre femenino, contundente, digno y muy empoderado. Hay otros sonidos que destacan sobre los cuchicheos de las antiguas ocupantes. Uno de ellos es un eco ardiente, agitado, que bien pudiera ser una reminiscencia de los gemidos de Lulu, en cualquiera de sus edades, al descubrir sin tapujos, sensual y provocadora alguno de los rincones de su anatomía que aún no había experimentado.

        Ahora notaba que algo temblaba en su interior, quizás fuera por eso

      El distribuidor de la planta noble da paso, a través de uno de los pasillos, a una magnífica biblioteca, cuyas puertas acogen a quien llega a ese refugio para amantes de las palabras, los relatos, los cuentos y las novelas de todos los tamaños. Cada ejemplar custodia entre sus tapas un mundo que hace de frontera entre lo desconocido, para quienes aún no se han atrevido a explorar sus páginas, y lo trillado, para quienes ya las han recorrido, pero disfrutan reviviendo sus escenarios. Es el territorio preferido para las andanzas de la ladrona de libros. Allí pasa días enteros. Nadie la ve mientras aparta su botín entre las estanterías. Prefiere las que más polvo acumulan, porque es donde menos se notará la ausencia de algún ejemplar poco frecuentado que solo será valioso para ella. Vive un tiempo y luego se lleva el producto de su pasión a otro rincón de la casa, donde se entretiene leyendo y releyendo ficciones de todos los pelajes. Disfruta viendo cómo los personajes viven sus vidas mientras son suyas.

           Su imaginación no le daba tregua pero el bloqueo la aterrorizaba

         En la pared norte de esta sala, una neblina de humo procedente de la chimenea rodea los bordes de un lienzo agrietado de Aurora, una científica empeñada en crear vida a partir de fragmentos inermes de otros seres. La escena contiene el momento en que trata de revitalizar un corazón helado con el calor de su aliento de madre visionaria. Hubo un tiempo en que la tildaron de madre de un monstruo. Aquellos tribunales dominados por hombres nunca le dieron la oportunidad de demostrar con términos de ciencia que aquel experimento venía impulsado solo por amor.

     Por fin se sentó, en la antigua cocina, donde no llegarían ni los miedos ni los temblores

       Hay muchas más ocupantes de esta mansión. Dicen que el tiempo de las mujeres ha dejado de avanzar, pero solo se ha llevado consigo las dos orillas, o más, de los muchos destinos que se trenzaban en aquella residencia. Para todas ellas la ridícula idea de no volver a verse se había diluido hace mucho, gracias al vínculo de amor y de sombra que siempre las había anudado. La diferencia es que ya no tienen que cruzar nunca más el mar, y entre los pasillos de la casa se sumergen y brincan a diario como los salmones en el río, cada una con la lectura fácil pero muy bien asimilada de su propia existencia.

       No podía ser, todo estaba ya escrito, lo notaba, se le había secado la fuente

       En la planta superior, sobre el tejado, la chica de nieve ha dejado su huella. Más abajo, queda la memoria de la lavanda que traslada muchos de los recuerdos al aire del presente. En aquella casa, llena de amores imposibles, las emociones siempre encuentran un espacio para manifestarse en buena compañía. Hay una viuda que debe cargar con el peso de un pasado doloroso, pero se consuela contemplando desde una ventana cómo la chica del tren halla respuestas en las sombras de cada túnel.

        Siempre ha habido narradoras ¡quiero fundirme entre sus obras!

     Algunas mañanas, desde su remota pirámide llega hasta la casa la voz de Amunet, en un susurro elegante como un erizo que encanta a quien desnuda el oído. Eso le pasa a la hija de la criada, que se deja llevar por uno de esos sortilegios para superar su dilema. Sin buscarlo, acaba encontrándose por los salones del edificio con la hija del relojero durante su ronda de cuidados a los vetustos aparatos de la mansión. No deben detenerse jamás, y tienen que cumplir con fidelidad su puntual misión en un lugar donde el tiempo es solo una dimensión paralizada en el aire.

       Entonces, la musa decidió cambiar de oficio para dedicarse a leer lo que sus hermanas habían provocado