Cerradura

Relato voyeur

Antuán

3/25/2024

No te recomiendo mirar a través de esa cerradura. Si lo haces, luego no me vengas a contar, si regresas, lo que has visto. Yo lo sé. Lo hice, pude salvarme, pero no pude pegar ojo durante meses.

         Así fue. Lo que ese terrorífico orificio deja entrever supera el aguante del humano más sereno.

        Que no te engañen las florituras metálicas que ornan el hueco de la llave. En cuanto hayas acercado tu ojo al túnel que comunica con su salida tenebrosa al otro lado, esas guirnaldas se marcarán para siempre alrededor de tus globos oculares.

       Tan arrebatada estarás con lo que allí veas, que no te quedará más remedio que seguir mirando, desde el parapeto que crees tener a ese lado de la puerta.

         En el momento en que la entidad oscura perciba tu existencia, iniciará su coreografía venenosa. Ya te identifiques como mujer, hombre o cualquier variante de identidad, esta malignidad metamorfoseará con el fin de anular el componente lógico de tu mente. Sin embargo, agudizará tu percepción visual, manipulando así con destreza tus demás sentidos primordiales, te seducirá hacia el anhelo de una llave que promete acercarte a esa presencia enigmática y atractiva.

         Todo esto te advierto, pero eres libre de seguir mis consejos, o ignorarlos, como sueles: aquí tienes la llave.