Víctor
Relato con subtexto terrorífico
COLABORACIÓN
Laura Guillamón
Mamá es tan guapa… Todo el mundo se vuelve a mirarla en la calle, y las chicas del internado que dirige quieren ser como ella. Lo tienen difícil: ni siquiera yo, su único hijo, he sacado ninguno de sus rasgos. Dice mamá que tengo todo lo malo de mi padre, incluida esta pobre salud que a él acabó matándolo y a mí me tiene enclaustrado.
Mamá me sobreprotege. No me deja salir a la discoteca que improvisan en el gimnasio del colegio cada trimestre. Dice que el ruido fuerte me aturdirá, que soy alérgico a los frutos secos, que los refrescos me provocarán gases. ¿Así cómo voy a echarme novia? Protesto, pero mamá siempre responde que nadie me va a querer como ella.
Lo cierto es que nunca he conocido a ninguna chica tan guapa como mamá. Sí es verdad que Estela tiene el cabello del mismo color de miel. Y los ojos de Lucía son tan celestes como los de ella. Pero esos labios refinados no los tiene nadie, bueno, quizás los de Teresa se parecen un poco, tan rojos que parecen fresas recién recogidas. También he observado que las manos de María del Carmen tienen esa elegancia, dedos largos de pianista, uñas pintadas de rojo, con la que ella impone su autoridad en clase.
Hoy mamá ha entrado de improviso y me ha pillado con mi nueva novia. No entiendo esos gritos. Cuando arregle esas costuras y le limpie un poco la sangre, mi novia estará tan guapa como ella. Creo que está celosa.